Raros, locos, excéntricos, pasionales, exigentes, meticulosos, extraños… son solo algunos de los adjetivos que pueden describir a los escritores más famosos. ¿Tú cómo te definirías? Lo que está claro es que los escritores estáis envueltos en un halo de misterio que os hace unos personajes enigmáticos, aunque algunos sí que tuvieron una vida, cuanto menos, extraña.
Sin ir más lejos, Antoine de Saint-Exupéry, el autor de “El Principito”, desapareció misteriosamente. ¿Suicidio, accidente o derribo en combate aéreo? El 31 de julio de 1944, en plena II Guerra Mundial, este escritor pilotaba un avión de combate Lightning P38 que se disponía a fotografiar las defensas que Alemania había montado en Normandía. Pero algo inesperado ocurrió en torno al mediodía, ya que desapareció de los radares. Él lo vaticinó semanas antes de que los hechos se sucediesen (“Si me derriban no extrañaré nada. El hormiguero del futuro me asusta y odio su virtud robótica”), y durante su vida no paró de repetir “Parecerá que he muerto y no será verdad”. Su avión se estrelló en el Mediterráneo y su cuerpo jamás fue encontrado, apuntando las miradas a Robert Heichele, piloto de caza alemán, que pudo haberlo derribado.
Sin ir más lejos, Antoine de Saint-Exupéry, el autor de “El Principito”, desapareció misteriosamente. ¿Suicidio, accidente o derribo en combate aéreo? El 31 de julio de 1944, en plena II Guerra Mundial, este escritor pilotaba un avión de combate Lightning P38 que se disponía a fotografiar las defensas que Alemania había montado en Normandía. Pero algo inesperado ocurrió en torno al mediodía, ya que desapareció de los radares. Él lo vaticinó semanas antes de que los hechos se sucediesen (“Si me derriban no extrañaré nada. El hormiguero del futuro me asusta y odio su virtud robótica”), y durante su vida no paró de repetir “Parecerá que he muerto y no será verdad”. Su avión se estrelló en el Mediterráneo y su cuerpo jamás fue encontrado, apuntando las miradas a Robert Heichele, piloto de caza alemán, que pudo haberlo derribado.
Pero la historia da un giro en 1998 cuando un pescador encuentra una pulsera con el nombre del escritor; en el 2000 se localiza parte del supuesto avión en el que viajaba; y en 2003 un submarino rescata dichos restos. Además, en 2008 otro piloto alemán, Horst Rippert, confiesa haber sido el autor del derribo del famoso escritor. Seguramente algún día podamos salir de dudas.
A la reina del misterio, Agatha Christie, no le podía faltar su propio enigma. Y es que el 3 de diciembre de 1926 salió de casa sin mediar palabra con su marido, montó en su coche, y desapareció durante 11 días. ¿Dónde estuvo? Aún hoy sigue siendo un misterio. Apareció en un banco de hierba con el coche empotrado contra unos arbustos, asegurando que no recordaba nada. La explicación pudo estar en su propio interior, y es que la exitosa novelista no pasaba por su mejor momento personal. Su marido, el coronel Archibald Christie, había tenido un romance con una joven y había solicitado el divorcio. A esto se unió la repentina muerte de su madre.
Más leña al fuego del misterio echó la carta que recibió el hermano de la escritora, al día siguiente de que ella desapareciera, con matasellos de Londres. Por otro lado, resulta raro que con su foto en todos los periódicos, nadie la reconociera. Y eso que la buscaron más de 1000 policías y 15000 voluntarios. ¿Fue entonces una artimaña publicitaria para vender más libros? No lo creemos, pero su siguiente novela vendió más del doble que la anterior. Su biógrafo, Andrew Wilson, afirma que en esos 11 días Agatha estuvo pensando ya que “estaba deprimida, tenía insomnio, comía poco y era desesperadamente infeliz”, apuntando a que estrelló su vehículo con el objetivo de quitarse la vida. Cuando la encontraron, inventó un episodio de amnesia para que no se volviera a hablar del asunto.
Terminamos este peculiar recorrido hablando de Julio Verne, cuyos vaticinios sobre hechos futuribles, que parecían ciencia ficción, ponen hoy los pelos de punta. En sus libros, mucho tiempo atrás, predijo la llegada del hombre a la Luna (incluso habló de tres astronautas, como en la realidad), la aparición de Internet, las fuentes del río Nilo, las dictaduras europeas del siglo XX, el submarino eléctrico, las armas eléctricas, las videoconferencias, la mayoría de edad a los 18, el uso de los árboles como material de impresión, los motores de gas o la conquista de los Polos. “Todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo”, fue una de sus frases más célebres.
En Editorial Círculo Rojo somos una gran familia formada por más de 7000 autores, por lo que tenemos gran diversidad de vidas, profesiones y aficiones: detectives privados, jueces, abogados, catedráticos, decanos, cantantes, estudiantes, jubilados, presentadores, deportistas… ¿Quieres ser uno de ellos? Lo tienes fácil, y además puedes aprovechar las últimas promociones de este mes para que puedas publicar un libro con nosotros. Escríbenos o, si lo prefieres, puedes llamarnos:
910820048
info@editorialcirculorojo.com