Escribir un cuento infantil conlleva una gran responsabilidad, y sin duda, no todos los autores pueden dedicarse a adaptar historias para los más pequeños. Puesto que es un trabajo que a priori, puede no parecer complicado, pero esconde más trabajo del que la mayoría de personas imagina. Hablamos de nutrir pequeñas mentes que aún se están desarrollando, y que formarán la sociedad del futuro. Leyéndolo así, ya no parece tan fácil, ¿verdad?
Toda nueva historia necesita de organización y correcta estructura, y mucho más cuando hablamos de querer transmitirla a niños pequeños. Las ideas deben ser lo más claras y transparentes posibles, al igual que el lenguaje. Por lo que es básico establecer la franja de edad a la que queremos transmitirle la historia.
Sin duda, si tienes hijos, lo entenderás mejor que nadie. Cuando tu trabajo es educar a un niño, tu percepción cambia. Estarás acostumbrado a adaptar tu forma de hablar y tu forma de comunicarte. Su forma de comunicarse es diferente, al igual que la manera que tienen para referirse a las cosas, o para mostrar sus necesidades. ¡Todo es un mundo para ellos!
No es lo mismo tratar con niños de 0 a 3 años, que de 3 a 6. Son franjas de edad que poseen necesidades diferentes, las cuales debemos tener en cuenta en todo el proceso de escritura. Un pequeño de tres años necesita ayuda para leer un cuento, pero con seis años, ya puede poseer la autonomía necesaria para leer por sí mismo. De manera que hablamos de necesidades diferentes. Es diferente centrar un cuento infantil en edades menores que necesitan ayuda de un mayor, que escribirlo para niños que ya son capaces de leer por sí mismos, o incluso están aprendiendo. Las ideas no pueden resultar confusas, y la linealidad ayudará a los pequeños a seguir con más facilidad la lectura. Una historia sencilla, rápida, con dibujos que les ayuden a imaginar lo que descubren, les ayudará a crear vínculos con la lectura. Nada de saltos temporales y situaciones inverosímiles que pueden crearles confusión.
En estas edades, cuanto más gráfica sea una historia, mejor, puesto que es un recurso para poder llamar la atención. Como ya hemos mencionado, los dibujos les ayudan a mantenerse centrados en la historia. Si están aprendiendo a leer, el método gráfico servirá como ayuda predictiva para que continúen con la linealidad de la historia.
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