¡Aún seguimos en casa, y continuamos trabajando en nuestro libro!
Volvemos a animaros todo lo posible para finalizar vuestro libro. En esta segunda parte os facilitamos de nuevo interesantes ideas a tener en cuenta para llevar a cabo vuestra rutina de escritura. ¡Seguro que os encantan!
Si escribes en papel
Toma nota porque esto te interesa:
- Libretas llamativas, que te llamen la atención: cuando te gusta lo que te rodea, está demostrado que se tiene a ser más productivo con la tarea en cuestión. Si cada vez que tienes una idea, recuerdas ese cuaderno tan especial, seguro que antes de ser consciente si quiera, estás tomando notas en él.
- Todo el material de oficina necesario: ¿no te ha pasado alguna vez que te sientas a trabajar y cuando estás en mitad de algo te acuerdas de que no recargaste la tinta del boli? Pues eso debe tener solución.
- Organización: es mucho más fácil organizarnos en un mundo digitalizado y en el que la sincronización está a la última, pero si te sigues alejando de ello, ten en cuenta que las agendas físicas jamás superarán a las digitales. Úsala, crea tus organizadores, garabatea los calendarios que te regalaron en la frutería y tienes escondidos en un cajón. Ten en cuenta que usar herramientas que te permitan planificarte y no malgastar tiempo te harán más creativo/a y al ver tu rendimiento aumentar, llegarás antes al fin de tu proyecto. O al menos, a una resolución sin agobios en la que disfrutarás muchísimo más.
- Usa pizarras: de rotuladores, de tizas de colores, corchos para llenar con fotografías, papeles, cintas. Tienes que dejar que la esencia de todo lo que escribes te inunde por completo, y sí, que inunde todo tu espacio de trabajo. A lo mejor la parte triste del armario podría estar mejor llena de tarjetas de colores… ¡Puedes ordenar los capítulos de tu libro usando esas tarjetas!
Y tú, ¿estás aprovechando este valioso tiempo de reflexión en casa para trabajar en tu libro? Desde Editorial Círculo Rojo queremos animaros a ello. Nada puede pararnos; la imaginación no tiene límites, ¿a que no?