En estos últimos tiempos, la sociedad ha ido cambiando y modificando estereotipos que anteriormente habían sido establecidos así durante generaciones. Una serie de creencias en las que la mujer era relevada a un segundo plano donde solo tenía dos funciones: la de cuidar a los hijos y realizar las tareas del hogar.
Esta única función no le dejaba espacio para poder expandirse en otras actividades de desarrollo personal, ya sea en el mundo laboral, político, educativo o incluso deportivo.

Escribir para concienciar a los jóvenes

En el momento en el que nos disponemos a escribir para concienciar a los jóvenes sobre educar de una forma no sexista, hay que concienciar desde una perspectiva basada en la educación y el respeto y cuanto más jóvenes comencemos con esa tarea, mucho mejor.
Hay que tener en cuenta un factor muy importante, y es que la primera fuente de información de la que parten los niños y adolescentes es la de sus propios progenitores. Por lo que es un factor a tener en cuenta a la hora de educar a través de la lectura, el que si ven patrones diferentes en casa puede crear desconcierto y rechazo en las mentes de los más jóvenes por lo que recrear situaciones reales en el mundo de los libros puede calar más hondo en la consciencia de los demás.

Actualmente, con el desarrollo de la sociedad, esta infravaloración de la mujer ha llevado a los gobiernos y diferentes instituciones a modificar y adoptar las medidas necesarias para eliminar el sexismo como práctica educativa para que repercuta en el día a día en nuestra sociedad.

La educación temprana nos ayuda a construir relaciones basadas en la igualdad y por ende en el respeto. Y es primordial y necesario normalizar los comportamientos y las actitudes para crear un correcto ambiente entre ambos géneros.

Factores a tener en cuenta a la hora de escribir

• El concepto del sexismo, como el conjunto de prejuicios y valores ideológicos que desvirtúan a la mujer en relación con los hombres.
• Los estereotipos implantados durante décadas que tienen su arraigo en lo afectivo y emocional y donde a las mujeres se las limita de libertad para dedicarse a lo que realmente deseen enfocar sus creencias. Y, sobre todo, desmarcar los ya conocidos estereotipos masculinos y femeninos que suponen asociar a cada sexo una serie de rasgos en los que destacan ambición o fuerza para los chicos y empatía o compasión a las chicas.