Editorial Circulo Rojo, 10 de junio de 2020

Escribe un libro didáctico para ayudar a los más peques de la casa a enamorarse de la literatura desde niños

¿Alguna vez has pensado en escribir un cuento para aprender a leer y escribir?

¿Imaginas poder mostrar a los más pequeños millones de mundos de fantasía y aprendizaje solo con tus letras? ¿Te gustaría poder ayudarlos a volar sin necesidad de moverse de casa e imaginar mil y un lugares donde poder soñar? Si alguna vez has pensado en convertirte en la pluma que guíe los primeros pasos en la lectura de los más peques de casa, en Editorial Círculo Rojo podemos darte algunas claves para ello:

Lo primero que debes conseguir es despertar su interés en la lectura. Para ello es necesario que se interesen por el personaje, que empaticen con él y que sientan la necesidad de conocer más sobre este. Llama su atención para que exista un interés real por la trama de la historia.


Ayúdales a imaginar

Una vez que has conseguido que conecte con el relato o con el personaje, debes invitarle a formar parte del proceso. Es muy importante que los niños se sientan parte del método de elaboración. Déjales algunos espacios en blanco para colorear y algunos huecos entre las frases. Lánzales una idea clave que les motive a  expresar todo lo que tu libro ha provocado en ellos. Otórgales el privilegio de ayudarte a escribir la historia y verás la magia que pueden irradiar sus pequeñas mentes.


Repasar lo escrito

Es el momento de abordar todo lo aprendido. Léeles la frase en voz alta de la forma más clara posible. Ten paciencia y párate en cada una de para darle tiempo a reflexionar sobre todo lo que ha escrito. De esta forma, podrá relacionar lo que está leyendo con la trama y captar el mensaje del relato. De este modo, conseguiremos despertar su curiosidad y lo motivaremos a descubrir el final. En el caso de que no puedas contar con la ayuda de un pequeño genio, lo más sencillo es partir de una idea sencilla, acompañada de dibujos que estén relacionados con los que se está contando.

Sobre todo, no olvides que deben ser ellos quienes descubran la historia, la lean y la interioricen como propia. Debes permitirle convertirse en el protagonista de la historia para ayudarle a soñar con la magia de las letras.

 

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