Editorial Circulo Rojo, 16 de febrero de 2021

Cómo escribir novela romántica

En la literatura, quizá uno de los géneros más extendidos sea el de la novela romántica: historias escritas en prosa donde el amor se vuelve el protagonista, y el conflicto de los personajes principales casi siempre está garantizado. Esta temática tan amplia recorre tanto la literatura juvenil como los libros de misterio y la novela adulta o erótica. La novela romántica es tan versátil, que cada autor logra hacer suyo el género. Y es que, en la mayoría de historias siempre hay algo de romance.

En Editorial Círculo Rojo hemos editado miles de novelas que hablan desde amor adolescente, amor hecho poesía y los romances más apasionados. Por eso, para conmemorar un género tan especial, queremos dejarte una serie de pautas o consejos para manejar este género literario.

Consejos para escribir tu novela romántica

  • Sí, sabemos que en la trama hay o habrá amor. Instantes de felicidad plena o momentos rompedores donde no triunfará… No tienes por qué limitar la escritura a un solo argumento: añade impedimentos, trabas en el camino de los personajes. Haz que la trama se vuelva complicada para ellos, que tengan que luchar, aprender y sean capaces de superarse. Importante: engancha al lector, pero ¡no lo marees!.

  • Los clichés: los hay quienes los defienden y quienes los odian. Ten cuidado cómo los usas en tu novela. Un contenido recurrente está bien para engrosar la trama, o darle un poco de acción, pero nunca dejes que la base de la novela se construya solo con los típicos clichés.

  • Los queridos personajes: ellos son los que harán que el lector siga con la historia o la abandone. Piensas entonces: si los personajes no son capaces de atrapar al lector, ¿podrán atraparte a ti como portavoz de la historia? Es muy importante que trabajes muy bien en ellos. Dedícate tu tiempo a imaginarlos, darles vida, saber sus gustos, personalidades… Piensa en todo lo que les rodea, sus familias, sus amigos… Cuanto más los interiorices, mejor trabajarás con ellos. Ya sabes, tienes que sentirte a gusto con lo que creas.

    Una vez tengas a los personajes principales, continúa con el resto; pero no al revés. ¿Cómo pretendes construir una casa por el tejado?

  • ¿Dónde transcurre la historia? ¿Cómo es la línea temporal?: cierra los ojos e imagina esos personajes en los que has pasado horas trabajando. ¿Dónde los imaginas? ¿Dónde quieren estar?
    Si en un primer momento no sabes responder, lo mejor que puedes hacer es escribir lo primero que te venga a la cabeza, como en una tormenta de ideas. No debes tomar esta elección a la ligera pues el escenario de una novela es una de las grandes bases para crearla. Volvemos al tema anterior: si los personajes no están a gusto en el escenario que has elegido para ellos, no te contarán su historia.

  • No te agobies si no ves el final: este no es el punto importante. No todos los autores tienen claro el comienzo y el final de su obra. Puedes definir algunos límites para no desviarte del camino que quieres que tome la historia, pero no desesperes si no le ves el punto y final. Sigue escribiendo y céntrate en lo que ya tienes definido. Vuelve hacia atrás las veces que haga falta.

  • Inspírate con lo cotidiano: dicen de los escritores que somos seres heridos por naturaleza y tenemos que escribir para liberarnos y soltar nuestro dolor. Cuando leemos, muchas veces nos preguntamos qué habrá de cierto o real en las páginas del libro, y cuánto de lo escrito pertenece a quien lo ha plasmado. Seguro que nos pasa a todos. No temas usar tu propia experiencia para escribir, para crear personajes, o plasmar escenarios. Usa ese recuerdo de las últimas vacaciones, la ciudad más bonita que visitaste con esa persona especial, o aquel detalle que te hizo llorar. Todo vale.

 

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